“Uno de los mayores errores humanos es el de creer que hay solo un camino”
Oprah Winfrey
El buscar proteger a nuestros hijos de cualquier situación que les pueda ocasionar sufrimiento es una reacción natural como papás, sin embargo, el permitir que nuestros hijos enfrenten las consecuencias de sus actos y decisiones, ya sean positivas o negativas, es proporcionarles herramientas que servirán para su futuro. A continuación, algunos ejemplos de ellas:
- Aprenden a autoanalizarse
Es importante que los chicos reflexionen sobre la situación y comprendan que en la vida se nos presentarán situaciones en donde las cosas no resultan siempre como esperamos. - Adquieren mayor confianza en sí mismos
Enfrentarse a este tipo de situaciones, en donde reconocerán áreas de oportunidad les dará mayores herramientas de autocontrol. - Trabajarán su responsabilidad
Comprenderán que ellos son los únicos responsables de las decisiones que tomen y por ende, de las consecuencias naturales de las mismas.
- Entienden que la perfección no existe
Es indispensable que nuestros hijos tengan presente que equivocarse es parte del proceso, cuando esto sucede tenemos una oportunidad de aprendizaje y mejora frente a nosotros. - Les damos la oportunidad de que experimenten nuevas emociones
Los niños y adolescentes, al equivocarse se enfrentan a emociones como la frustración, la tristeza, desesperación o ansiedad. Esto les permitirá trabajar herramientas que le permitan salir de esta zona que puede resultar incómoda. - Se volverán tenaces
Comenzará a fijarse metas para lograr cumplir sus cometidos, mostrando empeño en cada una de las actividades que le corresponden.
Equivocarse es aprender, es expandir nuestro criterio, es dotarnos de mayor confianza en nosotros mismos. Veamos los errores como algo natural del ser humano, porque sin ellos no lograríamos dotarnos de mayor sabiduría.